Wednesday, April 18, 2007

Carta a los Padres

Queridos padres:
Existen muy pocas familias o docentes cuyas vidas no se hayan visto interrumpidas de alguna manera por la práctica actual generalizada de medicar a nuestros hijos con las fuertes drogas psicoactivas de la psiquiatría; solamente en los Estados Unidos, hay casi seis millones de niños que toman estos medicamentos por supuestos problemas educativos y de comportamiento.
¿Qué es lo que "padecen" estos niños? ¿Qué es este nuevo peligro? ¿Qué relación guardan las drogas psicoactivas con el aprendizaje? ¿Qué hacen estas drogas? ¿Durante cuánto tiempo deben tomarse? ¿Son absolutamente necesarias? ¿Son seguras? ¿Existe otra solución? Desde el comienzo, los padres que aman a sus hijos y se preocupan por ellos se hacen preguntas razonables como éstas, una y otra vez.
Sin embargo, el enorme volumen de ventas, las relaciones públicas y la propaganda detrás de esta práctica han sido suficientes para engañar y abrumar los instintos de prudencia de millones de padres y docentes. Como resultado, ahora "creen" que sus hijos están ante una amenaza grave que requiere una medicación prolongada y extensiva.
Muy a menudo, la medicación fuerte del niño comienza después de que un psiquiatra o psicólogo le diagnostica un trastorno que afecta su capacidad de aprendizaje, usualmente llamado Trastorno del Aprendizaje (TA), también Trastorno por Déficit de Atención (ADD) y, más comúnmente en la actualidad, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (ADHD). Quizás se atribuya la culpa a un desequilibrio químico en el cerebro o a una enfermedad cerebral, pero seguramente se les dirá a los padres que la causa es un claro problema médico que requiere medicación psiquiátrica recetada en forma continua.
Los padres, como confían en los consejeros y quieren sólo lo mejor para sus hijos, llegan a la conclusión de que los medicamentos son la mejor "solución" disponible y acceden a que se lleve adelante el tratamiento.
Lamentablemente, hoy en día, cada vez más padres como estos lamentan profundamente tal decisión, ya que no sólo han descubierto que el diagnóstico original es un mero invento sin fundamentos y, por lo tanto, un fraude, sino también que el tratamiento debilita y pone en riesgo la vida de sus hijos.
Se debe tener valor para decir lo que se piensa cuando lo único que dicen los psiquiatras, psicólogos y otros expertos, especialmente aquéllos que trabajan con las escuelas, es que la medicación de niños es un método totalmente seguro y comprobado para tratar problemas ilusorios de aprendizaje y comportamiento, que sería irresponsable de parte de los padres no medicar a sus hijos y que la opinión "médica" de los expertos se basa en una ciencia irrefutable. De hecho, puede que en ocasiones se sienta que está solo en una guerra en la que se tienen todas las de perder.
Sin embargo, lo peor que pueden hacer los padres es ignorar su instinto y ceder ante el peso de la propaganda falsa de la industria de la salud mental, ya sea siguiendo la corriente, evitando el enfrentamiento, acatando las órdenes de la escuela o manteniéndose ajeno a la situación. Millones de padres han actuado de esta forma y ahora hay millones de niños que están sufriendo las consecuencias. Los padres tienen todo el derecho de actuar como padres. Los padres deben cumplir el rol de padres. ¡Los padres deben contraatacar en esta auténtica lucha por los niños!
Jan EastgatePresidente InternacionalComisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos

Thursday, March 22, 2007

Otra forma los golpes. EL MALTRATO.



y que te toque el corazon.
No solo en Puerto Rico en todos los países del mundo.
Gracias por este video.
DENUNCIA EL MALTRATO NO TE QUEDES CALLADO.

Wednesday, August 09, 2006

Bach Flower essences are 100% natural

A Magic Potion
Sarah came to me distraught for a consultation about her son, Ronny, a second grader. Ronny was on probation at his school, and the school psychologist had told Sarah that if she wanted her son to remain at the school, Sarah must immediately start him on Ritalin.Sarah looked exhausted. “I know about Ritalin and its side effects,” she told me. “The school is simply incapable of dealing with my son, and they want to drug him no matter what the price.”“And how do you deal with his behavior?” I asked her. The entire time we’d been talking, Ronny ran from one side of the room to the other, stopping occasionally to let out a yell or to hit his mother.“It’s very hard,” she replied, “but I don’t believe in medicating, so I’m looking for other solutions.”I called Ronny over. He stopped running for a moment and asked me, “What do you want?”I asked him, “Do you know why your mother brought you here?” He answered that it was because he’s out of control and hits other children, because he’s unable to control his behavior. Despite the fact that he giggled as he answered, and plucked threads out of the pillows on the couch, it was clear to me that he’d answered honestly.“Would you like me to help you control your behavior?” I asked him.“How?” he asked defiantly, pulling the button out of the pillow.Ignoring this, I asked him, “Would you like your teacher and the other kids to like you?”“Yeeesss,” he answered, kicking his mother and not looking at me.“Come here,” I bade him quietly. “Let me show you something.” I took out a pretty wooden box that contained bottles of Bach flower essences. http://feelbach.com/history.htm “What’s in there?!” Ronny shouted.“They’re magic potions,” I whispered. “Would you like to see inside?” I opened the box to show him.“Wow,” he said in awe, examining the 38 bottles, and the two of us began a fascinating conversation about potions and magic.At the end of the session, Ronny clutched a colored paper bag that contained the bottle I’d given him, which contained his “magic potion”. The potion’s “job” was to cause the teacher and principal and children to like Ronny and to stop getting angry at him. I asked Ronny to call me if he had any questions, and if he wanted, to come back and tell me how it was going with the potion.Ronny fell in love with his essence. His mother sewed a pretty bag for the bottle, which Ronny proudly wore around his neck as he told the other children about his magic potion. His big sister, a fifth grader, met him at recess and helped him to take the drops of essence under his tongue.Ronny saw me once a week for three months. He told me that the children would ask him where the potion comes from, but he didn’t want to reveal its source. He would show me the gold stars that he’d earned from his teacher, and told me that once, the teacher had even told the children that they should try to sit as nicely as he does. “What a funny teacher,” he laughed.
It sounds like a miracle: Ronny’s behavior at school rapidly improved. While he still went wild at home, walking on the furniture and driving his family members crazy, gradually, there too, there was less and less need to punish him. It’s important to point out here that Sarah also took an essence, as well as guidance on how to respond to her son’s provocations.The disorder from which Ronny suffers is called ADHD (Attention Deficit Hyperactivity Disorder). Understandably, parents often rush to start their children who suffer from ADHD on Ritalin in order to get some peace. However, while Ritalin helps to improve concentration and reduces hyperactive behavior in the immediate term, it does not solve the problem that causes ADHD, and can even exacerbate it. In addition, Ritalin creates a dependence similar to that created by sleeping pills.Moreover, in many cases, in order to maintain its effectiveness, Ritalin’s dosage must be increased. Finally, since Ritalin has many side effects, many experts recommend first seeking other alternative treatments for ADD / ADHD. A high percentage of ADD / ADHD children whom I have treated with Bach flower essences respond excellently, and have not had to resort to Ritalin.

Tuesday, May 23, 2006

Otra forma de apoyo: Un Coach.

¿Qué es un coach?
El coaching es una disciplina emergente que busca apoyar a los individuos a alcanzar sus metas en la vida: académicamente, profesionalmente, socialmente o en cualquier área de la vida que deseen mejorar.
Los coaches del TDAH trabajan con los problemas del diario vivir de jóvenes y adultos con desafíos atencionales : la organización en el hogar, planificación en el lugar de trabajo o la escuela, el uso eficiente del dinero, desarrollar habilidades sociales, identificar recursos, gestionar el tiempo, entrenar la memoria, el seguimiento hasta completar una tarea y motivar.
El coaching del TDA/H busca atender los retos diarios de vivir con el TDA/H. Un coach ayuda a las personas con el TDA/H a llevar a cabo las actividades prácticas de la vida diaria de una manera organizada, puntual y orientada a la meta. Por medio de una asociación cercana, un coach del TDA/H ayuda al cliente a aprender destrezas prácticas y a iniciar el cambio en su vida diaria. Un coach puede ayudar al adulto con el TDA/H a:Mantener el foco para alcanzar las metas identificadasTraducir las metas abstractas en acciones concretas Establecer motivación y aprender a usar las recompensas eficazmente
El coaching del TDA/H puede ser beneficial particularmente para adultos con el TDA/H. A través de las interacciones regulares, los coaches se enteran de cómo los síntomas del TDA/H funcionan en la vida de sus clientes y luego proveen entusiasmo, recomendaciones, retrocomunicación y técnicas prácticas para atender los retos específicos. Pueden ofrecer recordatorios, hacer preguntas o sugerir técnicas de manejo del tiempo.
Por medio de la asistencia y el apoyo individualizados, los coaches ayudan a las personas a concentrarse en el lugar en donde se encuentran al presente, a dónde quieren llegar y cómo pueden llegar allí.
Personas con TDAH, además de tener las mismas necesidades y dificultades que todo el mundo, también se enfrenta a problemas relacionados con la impulsividad, la inatención, y la hiperactividad improductiva, que pueden interferir con su calidad de vida. Muchas personas con TDAH también creen que no pueden alcanzar sus objetivos porque tienen el problema.
¿Que es el coaching?
Esta claro que para algunos distraídos crónicos los métodos tradicionales de tratamiento como medicación, o terapias psicológicas no son suficientes, y para otros ni siquiera necesarios. Por eso es importante abordar el tema con métodos de intervención adicionales.
Uno de los nuevos métodos que ha surgidos es el TDAH-Coach o gerente de la conducta, Un coach es una persona, que trabaja de uno a uno con clientes con TDAH o personas con problemas atencionales que demandan por ayuda que les facilite organizar estrategias prácticas y cumplir objetivos.En diferencia de un terapeuta tradicional un coach no explora los problemas emocionales subyacentes, sino ayuda el cliente formar estructuras externas e internas para poder enfocar prioridades, enseña técnicas de organización, ayuda crear planes de acción bien planteados y así lograr resultados óptimos.
Un buen coach actúa como un intervencionista sistémico que efectúa cambios positivos en todos los ámbitos de la vida del cliente, dándole una nueva esperanza y oportunidades.El coach apoya al cliente para que desarrolle una comprensión del problema y de como este afecta a su calidad de vida. También ayuda al cliente a crear habilidades y estrategias.
El coach da apoyo al cliente a mantener el foco en sus objetivos, enfrentar obstáculos. El coach toma en cuenta temas relacionados con el TDAH como gerencia del tiempo, organización, autoestima y monitorea el proceso en que el asistido va adquiriendo habilidades.Un coach en TDAH también ayuda a su asistido a entender que la causa de muchos de sus problemas es el TDAH mismo, más allá del carácter personal.
Con el coach se examinan áreas de problemas y se trabaja hacia donde se quiere cambiar.
Durante el proceso de coaching se trabaja la autoconciencia y habilidades para auto observación, usando estos recursos con el fin de mejorar la toma de decisiones y performance.
El coach ayuda a cambiar la perspectiva y a desarrollar nuevas maneras de trabajar con el problema de aplazar y postergar tareas.
El coach ayuda a su asistidos a ser concientes de su manera de aprender y estilos de procesar para poder ser más eficiente en aprender y entender información y situaciones nuevas.

¿Cómo interfiere el TDAH en las relaciones con los pares?

No se entiende a cabalidad de qué manera el TDAH contribuye a los problemas sociales. Varios estudios han determinado que los niños con el TDAH del tipo predominantemente inatento tienden a ser percibidos como tímidos y retraídos por sus pares. Algunas investigaciones indican claramente que la conducta agresiva en los niños con síntomas de impulsividad e hiperactividad puede contribuir de manera significativa al rechazo por parte de los pares. Además, a menudo el TDAH va acompañado de otros trastornos de la conducta. Los niños con el TDAH y otros trastornos parecen enfrentar impedimentos mayores en las relaciones con sus pares.

Tener el TDAH no significa que las relaciones con los pares deban ser malas.
No todo el que padece del TDAH tiene dificultad para llevársela bien con los demás. Para aquellos que sí tienen dificultad, se pueden hacer muchas cosas para mejorar sus relaciones con las demás personas. Mientras más pronto se determinen las dificultades con los pares, más exitosa podrá ser la intervención. Aun cuando los investigadores aún no han aportado respuestas definitivas, hay cosas que los padres podrían considerar para ayudar a sus hijos a establecer relaciones con sus pares y a fortalecerlas:
Reconocer la importancia de que sus hijos mantengan relaciones saludables con sus pares. Estas relaciones pueden ser tan importantes como los son las calificaciones para el éxito escolar.

Mantener una comunicación constante con las personas que desempeñan un papel importante en la vida de sus hijos (como los maestros, los consejeros escolares, las personas a cargo de las actividades extraescolares, los proveedores de cuidados de salud, etc.).
Mantenerse al día con el desarrollo social de sus hijos tanto en la comunidad como en la escuela.
Involucrar a los niños en actividades con sus pares.
Comunicarse con otros padres, entrenadores y otros adultos involucrados en la vida de los niños para seguir el progreso de sus hijos o estar enterados de cualquier problema que pudieran tener.
Los programas con pares pueden ser útiles, en particular para los niños de más edad y los adolescentes.
A menudo las escuelas y las comunidades cuentan con programas como éstos.
Hable con los directores de los programas y los proveedores de cuidados de salud de su hijo sobre la posibilidad de que su hijo participe en dichos programas.

Fracaso Escolar y Problemas de Aprendizaje


Por
Héctor Pauchard Hafemann
EL FRACASO ESCOLAR
El que un niño tenga problemas de rendimiento en la escuela genera mucha preocupación en los padres, no sólo por el futuro del niño sino porque es al mismo tiempo un problema económico (es bien sabido que el repetir un año de estudios tiene un alto costo).
De todas formas, es esencial el que los padres sepan que los problemas del aprendizaje se pueden manejar con éxito y a menudo con procedimientos muy simples. También, se debe tener presente la importancia de detectarlos y enfrentarlos a edad temprana, puesto que sus efectos pueden ir en paulatino aumento, agravándose en consecuencia.
Para ello es conveniente que los padres estén en condiciones de reconocer distintos indicios de esta problemática:
El niño tiene dificultades en entender instrucciones y cumplir con ellas.
Le cuesta recordar lo que se le acaba de decir.
Ya en un primer tiempo no logra adquirir las destrezas básicas de lectura, escritura y matemáticas, con los consiguientes fracasos en el trabajo escolar.
Presenta dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda. O, confunde el número 25 con el número 52, la "b" con la "d", y "le" con "el";
Tiene falta de coordinación tanto al caminar, jugar deportes o llevar a cabo actividades sencillas (sujetar un lápiz, amarrarse los cordones del zapato, etc.).
Pierden o extravía con facilidad el dinero para sus gastos, los libros de la escuela y otros.
No entiende el concepto de tiempo y se confunde con "ayer", "hoy" y "mañana."
Además, en esta área problemática es necesario distinguir dos grandes variedades de deficiente rendimiento escolar. Una, cada vez más común, es la del niño o adolescente que se niega a estudiar alegando razones aparentemente válidas que van desde el niño que dice que no le gusta estudiar amparándose en que, según la moda de turno en educación, los niños no deben ser obligados (sólo deben hacer lo que les gusta) al adolescente que desea vivir su vida, respaldado por el sacro derecho a la libertad preconizado por ideólogos de la nueva ola.
La otra corresponde a niños que presentarían algún indicio de psicopatología. En esta última problemática son muchos los factores que intervienen. Aquí le dedicaremos atención a algunos de los que aparecen más importantes y que son susceptibles de ser manejados con éxito por sus padres o las personas encargadas del niño.
Aunque en ciertos sectores médicos y pedagógicos existe la convicción de que muchos de estos problemas son de origen orgánico (p. ej.: algún tipo de alteración en el sistema nervioso central) el hecho es que pesan enormemente en estas dificultades factores que denominamos supraorgánicos, precisamente para subrayar su independencia de lo propiamente físico. Tal es el caso de problemáticas en relaciones humanas, convicción del niño de no tener recursos y otros.
Esta creencia en que el origen de problemas de este tipo es resultante de alteraciones orgánicas deriva especialmente de que a menudo estos niños son hiperactivos o tienen dificultades para concentrarse. Y debido a que determinadas drogas pueden mejorarlos en estos aspectos (con todos los riesgos de efectos secundarios, como es el caso del ritalín) los partidarios de la explicación orgánica se sienten respaldados en su convicción.
Sin embargo, la hipótesis de que influyen allí elementos supraorgánicos a su vez está sólidamente respaldada por el éxito de tratamientos en que no se recurre a ningún tipo de droga (Ver Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad ).
En todo caso, el tratamiento precoz es indispensable en todos estos casos debido al riesgo evidente de que las dificultades vayan en aumento. Así, un niño que no aprende a sumar en la escuela primaria eventualmente no aprenderá álgebra en la escuela secundaria. Además de que el fracaso lleva a la pérdida en la seguridad en si mismo (Ver en REGLAS DE SALUD MENTAL: Seguridad en si mismo y exoestima).
Nuestra opinión frente a este tipo de problemas es la de intentar los procedimientos sencillos que indicamos más adelante por parte de los padres y de los profesores que tengan la voluntad necesaria para ello. Porque la experiencia nos indica que en cantidad de casos ellos bastan para solucionar estas dificultades. Se puede evitar de esta forma tratamientos largos y de alto costo y los efectos iatrogénicos de algunos de ellos. De acuerdo con esto, sólo si no hubiera resultados satisfactorios habrá que recurrir a especialistas. En todo caso, estamos llanos a absolver consultas (a través de e-mail) sobre las posibles dificultades que se presenten en la puesta en práctica de las instrucciones en cuestión.
Sin embargo, previo a ello estimamos necesario que los interesados en llevar a la práctica las mencionadas indicaciones, tengan conocimiento de los factores que allí intervienen (etiología). Porque lo ideal es intervenir directamente sobre ellos y no sobre sus resultantes (los síntomas).

ETIOLOGÍA
Examinaremos a continuación algunos hechos frecuentes de encontrar y que están en la base de las dificultades que nos ocupan, para luego dar algunas indicaciones que se han mostrado eficientes en su manejo.
Examinemos en primer término el común intento de los adultos de ayudar al niño con dificultades, y que corrientemente tiene dos tipos de consecuencias negativas: 1) el niño no desarrolla sus recursos y potencialidades y 2) la relación niño-adulto se afecta notoriamente con secuelas directas en el interés del niño por el estudio.
Efectivamente, el niño que es sistemáticamente ayudado en su trabajo escolar no hace uso de sus recursos. Su resultado inevitable es que éste desarrolla una representación (idea) de si mismo de incapacidad con el subsiguiente desapego, si no desagrado, en todo lo que se refiera a actividad intelectual. Porque es un hecho indiscutible el que nadie desarrolla interés por actividades en que se sabe inepto y que le significarán, de enfrentarlas, un fracaso seguro. A raíz de lo cual las evitará de manera sistemática. Es decir, será un mal alumno sin duda alguna.
Por otra parte, la ayuda que los adultos intentan dar a los niños genera una situación de alto riesgo, según lo muestran las experiencias repetidas al respecto. Es corriente en efecto, que el adulto reacciona con impaciencia frente a las torpezas, dificultad de comprensión y errores cometidos por los niños. Su expresión frecuentemente es de disgusto con el resultado cierto de hacer sentir al niño que es "tonto". Aunque bastante a menudo ello no requiere de ninguna conclusión de su parte, puesto que el adulto lo expresa directamente: "Burro, no entiendes??!!", "Idiota, ¿hasta cuando te voy a repetir?!", amén de claras expresiones gestuales que tienen un sentido similar.
Ahora bien, es de común ocurrencia que esto suceda al comienzo de determinados aprendizajes en que es normal que se presente algún tipo de dificultad. Desgraciadamente, repetimos, el fastidio del adulto en estos casos se traduce en regaños y descalificación que implican un rebajar la exoestima (ver Seguridad en si mismo y exoestima en REGLAS DE SALUD MENTAL). Su resultado invariablemente es que el niño, por así decirlo, se "atasca" en la respectiva dificultad, produciéndose un círculo vicioso entre los errores del niño y las destemplanzas del adulto, interacción que muy frecuentemente se desarrolla en espiral.
Ahora bien, en el caso de que el niño ya está presentando problemas en su aprendizaje (malas notas), este tipo de ayuda se hace cada vez más negativa. Así, pasa a ser peor el remedio que la enfermedad. La reacción corriente de los niños en estos casos es la de evitar o abandonar la tarea substrayéndose al esfuerzo que ella implica. También, con suma frecuencia, responde con oposición, como respuesta natural al maltrato que significa la rebaja de la exoestima. Porque lo normal es responder negativamente ante la persona que maltrata (ver Los sistemas binarios de interacción en REGLAS DE SALUD MENTAL). En esas condiciones es ilusorio esperar que superen con facilidad la dificultad en cuestión. Si, se puede esperar rebelión y oposición.
En todo esto la gran cuestión es que el niño toma las referidas actuaciones de los adultos como interacción negativa (interacción negativa falsa) y responde con interacción negativa. De esta forma la relación niño-adulto se deteriora (encadenamiento negativo). Habrá por lo tanto, y en desmedro del aprendizaje, menos colaboración del niño y más dificultades y pretextos. Estas réplicas abiertas o encubiertas dependerán del grado de temor que le genere el adulto en cuestión.
Resulta natural, conforme a lo examinado en Los sistemas binarios de interacción, que quién ayuda al no alcanzar los resultados esperados siente al niño "malo" y naturalmente no lo trata bien, es decir, acciona con interacciones negativas. Así, sin que se aperciban los adultos, el niño es impulsado a un total desinterés por mejorar sus notas y al rechazo de las actividades escolares.
Con el fin de alcanzar una mayor claridad en esta problemática, examinemos dos variedades específicas de estas situaciones que son de frecuente ocurrencia:
El niño en la sala de clases comete errores y la maestra lo reprende o tiene expresiones de impaciencia por sus dificultades. En esas condiciones es de esperar que el niño presente problemas de comprensión que irán en aumento, eventualmente acompañadas del rechazo a colaborar con la maestra. También son posibles otras expresiones del síndrome de emergencia (llanto, depresión...)
Algo parecido puede ocurrir en la casa con la madre u otro adulto que pretenda ayudar, derivando en reacciones y consecuencias similares a las señaladas anteriormente. Pero, en este último caso ocurre a menudo que el adulto opta por ayudar al niño haciéndole la tarea. Lo que tiene resultados doblemente negativos pues el niño, al descubrir que no necesita esforzarse sabiendo que le harán el trabajo, no adelantará en el aprendizaje correspondiente con la consiguiente imposibilidad de comprensión de la materia que viene posteriormente (la llamada falta de base). Además, insistimos, otra resultante es que el niño desarrolla la convicción de no tener recursos (no ser capaz) con consecuencias directamente negativas para su exoestima y su seguridad en si mismo.
En cualquier caso, no debe desatenderse la posibilidad de que el fracaso escolar sea consecuencia de un síndrome de emergencia producto de otras situaciones de maltrato, aparte de las ya enunciadas, tales como problemáticas de relaciones interpersonales en el seno de su familia y muchas otras más. En estas circunstancias el niño en emergencia está disminuido en sus recursos para desarrollar tareas escolares y los respectivos aprendizajes, a causa de las alteraciones cognitivas que este síndrome conlleva. Ahora bien, es perfectamente posible que sobre esta emergencia se superpongan las que vienen directamente a continuación (las reacciones inadecuadas de los adultos y de la maestra). Razón por la cual, al vivir el niño simultáneamente varias situaciones de maltrato, experimentará un síndrome de emergencia de la consiguiente mayor dimensión que acentuará sus dificultades en el trabajo escolar.
Recalquemos que hay situaciones de maltrato en los niños normalmente inadvertidas por los padres o que, al menos, no tienen conciencia de su dimensión ni de sus consecuencias. Las más corrientes son:
Sistema binario en negativo con uno o lo dos progenitores: la relación es una de maltratos mutuos.
Discriminación del niño frente a sus hermanos o niños de la misma edad: el ser dejado de lado respecto a ventajas y satisfacciones de las que sí gozan sus hermanos. Lo que constituye un maltrato por pérdida de la seguridad por respaldo social.
Rechazo de alguna característica del niño por uno o los dos progenitores (comentarios críticos, repulsas francas, ironías, etc.). Esto se presenta en un amplio abanico de desagrados: por la movilidad del niño (es el caso de los hiperkinéticos), por otras peculiaridades del temperamento (lentos, llorones, etc.), por determinadas características físicas (el color de la piel, rasgos faciales), etc., etc.
Es claro entonces lo indispensable que resulta disponer de un conocimiento al menos básico de lo que son el síndrome de emergencia y la interacción binaria por parte de los adultos (y ojalá de la maestra) con el fin de comprender adecuadamente lo que está viviendo el niño. Lo que es aún más imprescindible si estos desean intervenir eficientemente en su ayuda. Y, por último, no olvidar que el estado anímico es distinto para la persona (en este caso los padres o adultos que intervengan) si entiende la problemática de que se trate a que si se enfrenta a ella con un gran signo de interrogación.
Otro factor de suma importancia en el rechazo al estudio, y frecuente de encontrar en gran cantidad de niños, está dado por la ideología dominante en los ambientes educativos. Ella es en parte consecuencia del conductismo y en parte resultado de la convicción muy extendida de que la libertad sin límites es un ideal supremo.
En efecto, el conductismo proclama que los aprendizajes eficientes son los que se desarrollan en base a premios (refuerzos) y que la amenaza de castigos interfiere en el proceso de aprendizaje. En consecuencia, los niños solamente deben hacer cosas agradables y recibir premios ("refuerzos"). Esto en base al supuesto de que serían iguales a las ratas de laboratorio, lo que muestra además un increíble desconocimiento de las características esenciales de los niños y de los seres humanos.
De manera similar los ideólogos de la libertad tienen la convicción de que ella no sólo facilita la creatividad sino que da la felicidad plena a los individuos.
Estas afirmaciones, no consideran en absoluto que el ser humano es muy distinto de las ratas de laboratorio y, como los hechos lo muestran, que la aplicación de sus consignas tiene resultados nefastos.
Desde luego, los conductistas no parecen saber del proceso de socialización. Y menos aún, el que el individuo tiene obligaciones con la sociedad, que necesita de otros seres humanos, que requiere de autocontrol y de capacidad de esfuerzo, que debe saber esperar, de que existe un bien común, etc., etc. Y para peor, está olvidado que el ser humano requiere vivir con otros humanos y que ello implica automáticamente el perder parte de la libertad.
En esa perspectiva, se ha impuesto el supuesto de que no sólo los castigos sino que también los esfuerzos y sacrificios deben ser erradicados del ambiente educacional.
Y, aunque en EE. UU., en vista del desastre que han significado estas orientaciones "filosóficas", están tratando con determinación de echar marcha atrás, en distintas partes del mundo se sigue pensando que el niño debe vivir siempre en una suerte de paraíso, totalmente ajenos a las realidades de la vida en común.
Efectivamente, una de las primeras indicaciones de las autoridades en EE. UU. en su lucha contra las drogas, es la de "darles responsabilidades a los hijos". Lo que va en oposición directa al disponer de plena libertad y al lograr conductas sólo mediante refuerzos, además de implicar obviamente el uso de castigos. Asimismo el disciplinar a los niños es igualmente una indicación de la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP).
Frente a esos absurdos choca en primer término el conocimiento efectivo de lo que es el ser humano. Porque nuestros antepasados incluso desde antes de constituirse la especie Homo sapiens, vivieron en grupos (sin ellos no habría podido sobrevivir la especie). Ahora bien, el vivir en grupos implica automáticamente el perder distintos grados y tipos de libertades, lo que es resultado directo de los compromisos dados por el bien común y el orden social respectivo.
En consecuencia, desde siempre el ser humano recibió en su infancia la presión de procesos de socialización en que perdió libertad y se le inculcó el sentido del deber (conforme a los valores del grupo y opuesto a hacer las cosas por gusto, lo que es naturalmente imposible de estudiar en ratas de laboratorio).
Efectivamente, el niño, como cualquier cachorro animal, requiere ejercitar sus potencialidades y recursos para desarrollarse y ser un adulto autosuficiente y, en el caso humano, ser una persona socialmente adecuada. Al igual que los otros cachorros y con ese propósito, el niño hace uso del juego. Sin embargo, con el mismo fin, la sociedad humana requiere del proceso de socialización de los individuos en el cual son aspectos fundamentales el autocontrol y la capacidad de esfuerzos y sacrificios.
Desgraciadamente, la moda ideológica que comentamos tiene en la actualidad a una cantidad de padres y profesores, si no a una mayoría, temblando porque tendrían que obligar o castigar a los niños, y viviendo intensos sentimientos de inadecuación si osan hacerlo. Lo que es captado claramente por niños y adolescentes. Así muchos niños se niegan a cumplir con sus deberes escolares y lo declaran abiertamente. Afirmándose sin duda en la ideología imperante. Y si no, como explicar que ha habido niños en efecto que nos han dicho: "¿Por qué voy a estudiar si no me gusta?.
Y en cuanto a los adolescentes, la mayoría de ellos no está dispuesta a perder ni un ápice de la plena libertad a la que supuestamente tendrían derecho. Aserto que se contradice con la alarmantes consecuencias que muestra la problemática de adolescentes en la actualidad. Y los padres, en conciencia de que hay algo equivocado en todo esto, optan por no saber de nada, sin siquiera atreverse a defender sus derechos como padres.
En todo caso, se debe tener presente que el hacer conforme a las directivas de los especialistas mencionados anteriormente tiene consecuencias gravísimas en el desarrollo personal:
El niño no desarrolla recursos y habilidades para accionar adecuadamente frente a las tareas y esfuerzos que le exigirá el medio social a través de sus distintas etapas de desarrollo.
Tampoco incrementa recursos para enfrentar situaciones difíciles (los especialistas en cuestión hablan en estos casos de intolerancia a la frustración) con las consiguientes resultantes negativas.
Queda en situación de dependencia e indefensión frente a otros, en cuanto carece de los recursos y habilidades que le permitirían ser satisfactoriamente autosuficiente (como son la capacidad de esfuerzo y la disciplina, entre otros).
No incrementa capacidades de adecuación social, sí de hedonismo y egoísmo, preocupado esencialmente de sus propias satisfacciones. Nunca, del sentido del deber y de compromiso frente a otros.
Baja de la exoestima y la consiguiente seguridad en si mismo disminuida, puesto que en el mundo corriente la ignorancia y la falta de habilidades intelectuales trae desprecio (es un valor negativo).
Desagrado por todo lo que es actividad académica ya que a nadie le gusta enfrentar tareas en que se da por hecho el fracaso (consecuencias: no estudiar, alarde de ignorancia, etc.).
Búsqueda obvia de ambientes en que logre mejor exoestima. Ejemplo destacado en este sentido es el adolescente que ingresa al mundo de la droga u otras actividades de tipo asocial (ver Seguridad en si mismo o exoestima en REGLAS DE SALUD MENTAL).
Si de lo que se trata es buscar o desarrollar procedimientos que sean buenos para los niños, nosotros tenemos la convicción que lo que efectivamente es bueno para ellos es el respetarlos como personas y asimismo ayudarlos a una integración adecuada al medio social (proceso de socialización). Lo que no se contrapone en absoluto al ejercicio normal de la autoridad de los adultos y al hecho de que las normas requieren sin ninguna duda de sanciones para su efectivo cumplimiento. En suma, la cuestión no es suprimir la autoridad, sino corregir los errores que se cometieron al respecto. Entonces es posible dar libertad, pero una libertad que sea realista, es decir, sin olvidar nuestra condición humana (Ver REGLAS DE SALUD MENTAL).
Por otra parte, parece evidente que el tratar bien a los niños no significa aislarlos de todo lo que sea penoso sino que, muy a menudo, requiere el enfrentarlos a dificultades y esfuerzos que justamente provocarán la eclosión de sus aspectos más valiosos. Habituarlos al cumplimiento del deber y de sus obligaciones con los demás y con su grupo, aunque implique desazón, ciertamente que les va a permitir el gozar en un futuro (incluso en un futuro inmediato) de la satisfacción fundamental del aprecio y reconocimiento social (exoestima). Un niño criado de esa forma está en las antípodas de aquel "malcriado" (spoiled child) y de sus desventuras.
Además, en todo esto desgraciadamente no se considera el hecho de que el estudiar y cumplir con los deberes escolares, que puede significar una actividad detestable, pasa corrientemente a ser una situación normal e incluso agradable si el niño descubre allí sus potencialidades y logra éxitos en el trabajo escolar. Esta problemática se entiende mejor si se considera que normalmente la tarea escolar es para el niño una de prueba. Raramente es una de interés e inquietud por saber o adentrarse en conocimientos y habilidades. Las excepciones están dadas por las familias en que existen valores académicos de primer grado como sucede, por ejemplo, en aquellas en que los padres son profesionales. Efectivamente, los niños se enfrentan a estas tareas sabiendo que van a ser evaluados. Pero, atención!, a la evaluación académica se sobrepone otra que es más importante, y es la que les asigna el valor social personal o exoestima (como "lo miran" en el medio social). Esta última es la que más los afecta y los hace sufrir. Además de que, si es negativa, tiene consecuencia ulteriores importantes:

TRATAMIENTO
Al tratar de manejar adecuadamente las problemáticas que nos ocupan, los padres y los adultos en general deberán evitar caer en la trampa de que lo importante es que el niño "haga sus tareas y tenga buenas notas". Porque lo fundamental es que éste tome conciencia de que es alguien capaz y que dispone de recursos intelectuales. Así, aunque el ayudar al niño en las tareas puede eliminar el sufrimiento de ser mal evaluado académicamente (tendrá notas aceptables), se contrapone con desarrollo de un adecuado valor social personal. En cambio, al lograr superar los problemas que este trabajo le implica, el niño se sabrá automáticamente bien evaluado en cuanto a valor social personal.
Deducimos entonces, que toda ayuda en estas actividades debe ser restringida lo más posible. Y en el caso que el niño presente dificultades o deficiencias para cumplir con las exigencias académicas, se requiere darle la asistencia que le facilite la tarea, pero con las prevenciones ya dichas.
En consecuencia se procurará justamente que el niño tome conciencia de sus propios recursos. Tenemos entonces que enfrentados al problema del niño que requiere ayuda, el primer requisito es el que debe trabajar sólo, y la persona que va a ayudar (la madre u otra) no debe estar en la misma sala. En el caso de que ello no fuera posible, se mantendrá alejada del niño en otro extremo de la pieza haciendo cualquier otra cosa.
Se instruirá al niño diciéndole que en adelante trabajará sólo y únicamente si siente que no sabe podrá llamar por ayuda, que es bueno que trate de resolver por si mismo las dificultades, que él es capaz de hacerlo solo con un poco de esfuerzo, u otras expresiones similares. Y que, si efectivamente no puede, entonces que venga a preguntar. Y si hubo que auxiliarlo, en cuanto se ha resuelto el problema de que se trate, se deberá dejar inmediatamente al niño solo, confirmándole que se sigue a su disposición.
Ahora bien, si se lleva mucho tiempo ayudándolo, habrá que proceder tomando ciertas precauciones. En primer término, se restringirá paulatinamente el resolverle las dificultades (nunca de golpe). Además, es necesario evitar que el niño interprete esta actuación como una de rechazo o de abandono o de crítica. Habrá que insistirle en que se confía en que, de a poco, el podrá hacerlo cada vez mejor. Son útiles, pretextos tales como "es urgente que yo haga esto otro" (la tarea personal en que se enfrasque la persona como pretexto para que el niño trabaje solo).
Las condiciones de la ayuda que proponemos, que les permite salvar su exoestima, viene a ser muy distinta de lo que se entiende corrientemente y consiste en:
Dividir la problemática que enfrenta el niño en partes o pasos mínimos y muy simples ordenados según el desarrollo que se requiera para lograr aquello de que se trate.
Tomar de éstas la primera o cualesquiera de las primeras (nunca comenzar por aquello que demanda de pasos previos y que el niño no maneja bien) y plantearle al niño como cree que debe hacerlo o cual es la solución que se le ocurre para ella.
Normalmente el niño, si se ha simplificado a fondo la problemática, supera sólo cada uno de los pasos. Si eso no ocurre, el ideal es hacerle preguntas que lo lleven a encontrar la solución. Ésta saldrá de boca de quién ayuda sólo en última instancia.
Resuelto cada paso satisfactoriamente por el niño, habrá que hacerle tomar conciencia de que usó sus propios recursos. Expresiones tales como: "ves que sabías?", "lo hiciste solo", "yo no te ayudé", son necesarias para que su exoestima y su seguridad en si mismo se afirme. Aunque es indispensable la parsimonia, evitando que ello pase a ser un caudal de alabanzas.
En todo caso, recordemos que el reprender y cualesquiera de las otras expresiones de desagrado expresadas por los adultos, molestos a causa de las dificultades que les ocasiona el niño deben ser suprimidas de manera radical. Porque, insistimos, a mayor emergencia del niño menos posibilidades de colaboración y de aprendizaje adecuado.
En cuanto a los niños que se niegan abiertamente a estudiar y cumplir con sus deberes escolares con la convicción de es legítimo el rechazo del estudio y de las obligaciones pertinentes (resultado de la consigna de que lo adecuado es hacer sólo lo que les gusta), los padres y adultos habrán de proceder directamente en contra de ello. La solidez que allí muestren es fundamental y el no aparecer atemorizados en la creencia de que es una suerte de pecado el contradecir los supuestos imperantes a que nos hemos referido. En efecto, es absolutamente necesario que con serenidad, pero con firmeza, les hagan saber que es obligación de todos los niños estudiar y que además, de no hacerlo lo van a pasar muy mal de adultos (en el lenguaje que corresponda y que obviamente cada progenitor conoce).
En suma, se planteará sin tapujos obligaciones y exigencias a los niños y adolescentes. Y si es necesario, habrá que obligarlos a estudiar.
Lo que no tiene por qué consistir ni en abusos de autoridad, ni en un proceder arbitrario, siempre que se tenga respeto por la persona del niño o del adolescente y en general, se obre de acuerdo a las 4 reglas en relaciones humanas (ver DISCIPLINA Y BIEN COMÚN).

PREVENCIÓN
El gran instrumento para estimular el gusto por el estudio y el rendimiento académico es el interés que demuestren los padres por estas actividades y, en especial, el reconocimiento de logros y éxitos de sus hijos en el área. Pero, cuidado!, este debe ser medido porque si se exagera lleva al niño a vivir en un estado de tensión y emergencia muy negativo. En otras palabras, si los padres aparecen excesivamente impacientes o preocupados, el niño no va a gozar del trabajo escolar y se corre el riesgo de que se trasforme en una suerte de tormento.
En todo caso, el mejor estímulo es en realidad indirecto. Y está dado por el efectivo interés de los padres en lo académico, el que se refleja en forma inadvertida en sus conversaciones, inquietudes y esfuerzos, decantando normalmente en la cantidad de literatura (libros, enciclopedias, etc.) que se tenga en el hogar. El mecanismo que influye en el niño en estos casos corresponde a la adquisición de valores, el que acciona especialmente por la vía de la imitación, en especial de los adultos. Para el efecto, bastará con que la acción de estos sea concordante con sus principios, que se manifestarán naturalmente, entre otros, en los comentarios que surgen en los distintos momentos de la vida familiar.
De todos modos, los padres deben combatir con firmeza desde los primeros años los absurdos de las filosofías imperantes en educación y en el área psicológica. Además de tener presente que los niños tomarán los valores que se viven en el hogar sin mayor problema, siempre que las relaciones con los adultos sean satisfactorias. Ellas comienzan desde luego por el respeto y consideración por el otro y las restantes reglas para buenas relaciones humanas. Es así como los sermones estarán demás, aparte de ser inservibles y contraproducentes. En suma, para prevenir problemas de escolaridad es indispensable que el niño adquiera desde pequeño los valores del esfuerzo, de la responsabilidad y del conocimiento (en oposición clara a los valores hedonistas ya comentados).

Prevención y Corrección en Relaciones Humanas: la Aplicación de Procedimientos Realmente Eficientes

(Adaptado de Interacción Personal y Relaciones Humanas de H. Pauchard-Hafemann)

El examen de las interacciones binarias nos indica un principio general: no es conveniente hacer interacciones negativas porque una vez iniciado el encadenamiento negativo es muy difícil impedir su desarrollo. Y ello tiene consecuencias perjudiciales para todos los implicados. Porque quién se hace justicia habrá de esperar que el otro afectado se hará justicia a su vez...
Recordemos que, las interacciones, tanto positivas como negativas, pueden ser verdaderas (IV) o falsas (IF). Son verdaderas si existe la intención del actor de afectar negativamente al otro, y son falsas si la intención no existe, pero en este caso el otro supone que el actor tuvo la intención de maltratarlo. Todo esto aunque los hechos sean totalmente ajenos a la voluntad del actor (accidentes, desinformación, etc.). La evaluación que el afectado (el otro) haga de los hechos decide entonces su acción posterior.
Además, considerando que el efecto es definitorio en las reacciones de el otro, es necesario tener presente que en las interacciones frustras (IFr) el otro no tiene conocimiento de la interacción y ella por lo mismo no tiene efectos sobre su persona (al menos como interacción). Asimismo, que las interacciones parcialmente frustras (IPFr) aunque no hayan provocado efectos directos, sí son conocidas por el otro en cuanto a las intenciones del hechor y sus consecuencias son similares a las interacciones verdaderas.
De todas formas, las interacciones negativas verdaderas derivan de la convicción del sujeto que el otro es "malo" y debería ser eliminado en consecuencia. Se trata entonces de destruir, siempre que sea posible a quién se considera malo y en última instancia, el alejarse de él, de no existir la posibilidad de maltratarlo.
Es necesario entonces tener presente que el otro aparece malo, y genera en el sujeto o actor una disposición de acción que lleva a las interacciones negativas, en tres condiciones distintas:
1) Porque el otro ha desarrollado acciones lesivas para el sujeto, y que éste considera son de responsabilidad consciente de aquel (hechas con intención).
2) Porque el otro es responsable, en un pasado relativamente inmediato, en forma más o menos directa de situaciones de maltrato para el sujeto, e incluso, para otros ligados de una u otra forma a éste último (parientes amigos, etc.).
3) Porque el otro ha sido clasificado por el sujeto como perteneciente a grupos o categorías de individuos considerados malos.
Es decir, la interacción negativa si bien puede ser una búsqueda de hacerse justicia, aparece ligada íntimamente al habitual destruir o eliminar todo aquello que se considera "malo". El no ser siempre posible llevar a cabo estas acciones explicaría la existencia de una gradiente en ellas, comenzando con el provocar molestias menores en el otro hasta llegar al asesinato. Así , en el inicio de esta gradiente encontramos sólo acciones simbólicas o de carácter mágico que aumentan en dimensión en la medida en que avanzan hacia el extremo ya citado. Y el hacer sufrir se presenta como un equivalente simbólico de provocar la muerte, puesto que normalmente el asesinato se produce precisamente con procedimientos cruentos (que implican sufrimiento evidente para el asesinado). Este hacer sufrir es esencial en el maltrato-interacción-negativa ya que en esas circunstancias se posibilita un repertorio variadísimo de acciones que conducen a los resultados aludidos. Lo que es importante tener presente en el análisis de las interacciones binarias. No se trata de la conocida Ley de Talión: ojo por ojo, diente por diente, sino de un hacer que esté al alcance del actor y que ocasione maltrato al otro en la dimensión que corresponda...
Es de suma importancia en esta problemática el tener presente que normalmente las interacciones negativas falsas son las que generalmente inician los encadenamientos negativos, o en todo caso contribuyen a avivar el fuego en estos. Porque el otro (en un primer momento) se siente maltratado por el actor y acciona haciéndose justicia, es decir maltratando al primero (en un segundo momento), el que a su vez se hará justicia (en un tercer momento). Y así, sucesivamente. Conocimiento que es indispensable si se desea prevenir o corregir problemáticas de esta índole y hacer de la propia vida o de la vida de los grupos algo más amable y satisfactorio.
¿Que hacer entonces cuando se sufren interacciones negativas verdaderas o falsas, con el consiguiente maltrato personal, en vez de hacerse justicia?.
Evidentemente es necesario que quién desea no ingresar a un encadenamiento de interacciones negativas (y su desarrollo en espiral y las consecuencias peligrosas que pueden sobrevenir) controle sus propias interacciones negativas. Sin embargo, es legítimo y necesario el defenderse como persona y ello implica el realizar interacciones correctivas única forma de evitar las consecuencias negativas que nos ocupan. Indispensable para ello es el que la persona tenga plena conciencia de sus derechos como tal en las distintas situaciones sociales en que se encuentre y en las que esté recibiendo el maltrato de el otro.
No obstante, sucede con frecuencia que el evitar las interacciones negativas (hacerse justicia) para muchos es una indicación de "poner la otra mejilla". Acción que puede resultar muy contraproducente debido a que el hechor en esas condiciones rara vez se convence de la real intención de evitar el conflicto de parte del afectado. Entre muchas posibilidades, puede suponer que el otro esperará una oportunidad favorable para hacerse justicia y actuaría en el momento así en conciencia de su debilidad. Definitivamente, el poner la otra mejilla no es interacción correctiva, y si bien su aplicación persistente puede aplacar al agresor, la experiencia muestra que el que acepta mansamente ser maltratado desarrolla con frecuencia resentimientos (natural en cualquier ser humano) que tarde o temprano pueden concretarse en su propio hacerse justicia, muchas veces en forma extraordinariamente sofisticada y oculta con las consecuencias ya señaladas. Por lo demás, constatamos con cierta frecuencia que los que han soportado "pacientemente" interacciones negativas, en un determinado momento pierden el control y asistimos entonces a explosiones de cólera o, también, de violencia que puede llegar a extremos y otros estados afectivos.
Las interacciones correctivas son aquellas que impiden que la otra persona prosiga en sus interacciones negativas (verdaderas o falsas) pero, sin que el sujeto mismo mismo se haga justicia. Porque su objetivo es el de no seguir siendo perjudicado y, simultáneamente, el salvar la relación (y no el perjudicar al otro, como fin en si mismo). El otro en consecuencia debe saber que intención tiene el sujeto: la de actuar defendiéndose en forma que sea buena para todos los implicados incluyendo al hechor.
Recalquemos la diferencia: en una está presente sólo el interés por la propia persona (y el egoísmo consiguiente), en la otra se trata de defenderse salvando simultáneamente la relación. Lo que equivale a hacer algo bueno para los dos o más implicados y constituye una expresión de generosidad, que de ser reconocida será luego agradecida.
No olvidemos que al hacerse justicia se echan las bases para situaciones malas para el justiciero y el ajusticiado. Resulta entonces que la interacción correctiva es equiparable al egoísmo paradojal del ser humano, puesto que buscando su propia conveniencia hace bien a otros y satisface de paso el egoísmo de los otros. Por lo tanto, a los otros les conviene que cada cual se defienda y no, el uso de la justicia en la interacción.

PROCEDIMIENTOS DE INTERACCIÓN CORRECTIVA:
Es necesario tener presente que si bien podemos enunciar normas generales para las interacciones correctivas, también lo es el considerar que hay interacciones negativas específicas que requieren de procedimientos igualmente específicos de interacción correctiva, aparte que cada situación eventualmente hace necesarios procedimientos particulares.
De todas formas es útil el considerar los procedimientos generales más frecuentes de utilizar. Así, en las interacciones correctivas es posible distinguir varios pasos o etapas:
1) Lograr que el hechor de la IN tenga clara conciencia de lo hecho puesto que puede ser INF o que no tenga conciencia de la dimensión que tiene para la persona el maltrato recibido.
1º Mostrarle que se tiene plena conciencia del maltrato y esperar su reacción. O esperar sus acciones posteriores, si hay razones para suponer que recapacitará y pedirá disculpas o perdón (en un tiempo prudencial), especialmente si ha actuado en emergencia, puesto que es indispensable un diagnóstico de la situación antes de actuar. Al efecto, en algunos casos puede bastar un mirar con firmeza al hechor para que reaccione satisfactoriamente.
2º Clarificar con el hechor lo sucedido, precisando los motivos que tuvo, su particular representación tiene el otro de la situación y de lo que significaría para la persona el maltrato recibido. Preguntarle su opinión ("¿Que te parece todo esto?", "¿Te gustaría que te hicieran esto?").
Se trata de que reconozca o tome conocimiento de lo inadecuado de su interacción y de su dimensión (lo que significa para S). ("Tu hiciste 'esto`, ¿que te parece?... Esto a mi me molesta..."). Lo que se hará especialmente en el caso de que éste (el S) haya realizado anteriormente lo que para el otro (el hechor) resultó una interacción negativa falsa.
Por otra parte, en el caso de que haya respondido a una interacción negativa verdadera, el reconocimiento del error propio es importante en cuanto a suprimir la espiral negativa y debe preceder a la interacción correctiva. Lo cual implica incluso llegar a pedir perdón y la reparación correspondiente si ello es adecuado.
2) Mostrar la clara voluntad de defenderse y precisar los propios derechos que (el otro no tiene derecho a maltratar al sujeto, lo que implica el desarrollar una "conciencia" de respeto y consideración mutuos:
- "No estoy de acuerdo y espero que no se vuelva a repetir".
- "No tienes derecho a hacer esto...".
Esta solidez en la interacción debe ampararse en el orden social, es decir, en los derechos normales de la persona en la respectiva situación (relación de trabajo, de pareja, de amistad, etc.).
3) Clarificar de que se trata de salvar la relación. El sujeto puede (y le conviene) enunciar su intención de salvar la relación, es decir, precisar que sus esfuerzos están destinados no sólo a defenderse sino que a que la interacción se mantengan en los cauces positivos. Lo que significa que ello es bueno tanto para el sujeto como para el otro. Obviamente esto hace más posible el despertar la voluntad de éste de colaborar en la tarea de salvar la relación. La aproximación a esta propuesta es necesario hacerla ateniéndose estrictamente al contexto en que se den los hechos, por el riesgo de aparecer (en nuestra cultura) como ingenuo o quizás trastornado.
- "A ambos nos interesa que estemos bien... Veamos entonces que hacemos para estar bien..."
- "Yo no quiero que peleemos... o que estemos mal y supongo que tú tampoco... Estamos embarcados en el mismo bote, si esto no camina estamos mal los dos...".
Señalar los riesgos de la interacción negativa ("Si se repite, el riesgo es que peleemos...") ("así no se vive bien..."). En una relación de confianza es perfectamente posible explicarle a el otro lo que son las interacciones binarias y las consecuencias que ellas tienen para los implicados. Es decir, aportándole un conocimiento de este tipo se facilitará a el otro esforzarse en una dirección que es buena no sólo para él, sino para el sujeto que está tratando de hacer interacciones correctivas.
4) Si no hay resultados satisfactorios y el otro persiste en el maltrato, resulta muchas veces necesario recurrir a amenaza de sanciones o de represalias o advertir y precisar castigos determinados, según la situación. Esto le plantea al otro que no hay una intención de maltratar (no tiene un sentido de interacción negativa), y que es solamente un defender la propia persona como derecho legítimo. Y si el sujeto actúa en represalia o castigo, las consecuencias de ello son de responsabilidad exclusiva de el otro puesto que fue avisado anticipadamente ("fair play"), además de que fuera de hacer caso omiso a la advertencia no cumplió con las normas básicas de respetar los derechos del sujeto. Podemos decir que el otro en plena conciencia decidió correr el riesgo (dirían: "es su culpa").
- "Si se repite voy a tener que hacer algo...".
- "No quiero que se vuelva a repetir, y si sucede haré (tal cosa)"... Lo que es una advertencia ( y no confundir con la amenaza que lleva en sí la intención de venganza, a diferencia de la interacción correctiva).
En el caso de varias IN recurrentes es necesario precisar condiciones generales que permitan proseguir la relación en forma satisfactoria "para ambos o todos los implicados". Esto con frecuencia implica el necesario "llegar a acuerdos" que sean satisfactorios para las partes.
5) Cumplir siempre lo prometido y, de repetirse la interacción negativa, proceder invariablemente de la misma forma y sistemáticamente (no hacerlo significa que el hechor proseguirá de manera indefinida con lo inadecuado ...). Si es necesario habrá que aumentar la dimensión de las represalias enunciadas en la primera advertencia.
6) En el caso de presentarse dificultades que impiden desarrollar las acciones anteriores es conveniente el examinar la posible intervención de un tercero o intermediario que de garantías a ambas partes.
El gran punto de apoyo para hacer interacción correctiva es el orden social. Y el orden social se basa en la necesidad que todos y cada uno tienen de todos y que está implícito cuando se habla del bien común. Su base es la seguridad por respaldo social de todos y cada uno de los individuos en la sociedad o situación en que se trate y a la conciencia de tener un destino común ("estar embarcados en el mismo bote").
Por lo demás, la sociedad es el substrato en que se dan las interacciones. Así, los que interactúan tienen obligaciones con la sociedad conforme a su respectiva cultura (el orden social con sus normas y valores). Es decir, de partida los interactuantes tienen un marco que los encuadra y es la sociedad o grupo en que están integrados (no es posible hacer interacciones correctivas con aquellos que pertenecen a otras sociedades, con la excepción del aviso previo).
De todas formas, el intervenir frente a las interacciones negativas con interacciones correctivas se ha mostrado especialmente difícil de llevar a la práctica en la experiencia con consultoría individual y en los seminarios de capacitación en relaciones humanas. A pesar de que las personas comprenden la diferencia entre interacciones negativas e interacciones correctivas, en los hechos les resulta arduo llevar a la práctica las interacciones correctivas, incluso, los cursantes en ejercicios específicos encuentran con mucho esfuerzo las alternativas de interacción que se inscribirían dentro de las interacciones correctivas.
Parece ser que esto se debe a la filosofía operacional que reina en nuestra cultura cristiana occidental o simplemente, en la cultura chilena. Una falla evidente está en el olvido o desconocimiento de que todos los seres humanos tenemos derechos frente a los otros por el simple hecho de que en una u otra forma pertenecemos a la misma sociedad o grupo, incluso esto sucede con los desconocidos que enfrentamos en la calle.
El otro hecho que dificulta esta acción es el de la ideología individualista y egoísta presente en las relaciones humanas en estos ámbitos, y por lo mismo se enfrenta al otro como alguien para ser utilizado o para dejarlo a un lado o apartarlo de nuestro camino por su posible interferencia en nuestros propósitos.
Igualmente la no conciencia de que las personas se merecen respeto, por el puro hecho de ser persona, lleva a que sea muy difícil para éstas el poner en práctica las interacciones correctivas. De tenerla, ello se hace natural. Igualmente, el saberse o suponerse débil o con bajo valor social personal dificulta la aplicación de interacciones correctivas
Se hace entonces indispensable el llevar a la conciencia de quienes se capacitan en esta técnica o en su práctica el que tomen conciencia de que de partida todos tenemos derechos (nosotros mismos y los otros) y esto debe ser el parámetro o valor que enmarque nuestras interacciones. Lo que implica una disposición de acción en pro de defendernos como persona (y considerarlo legítimo y no algo extraño o inusual).
El otro elemento fundamental para el desarrollo de interacciones correctivas es el tomar plena conciencia de que de lo que se trata, para alcanzar el bien individual, es el bien común. Es decir, en las interacciones habrá que considerar que el otro también logre beneficios ("juntos ganamos más..."). Porque forzosamente si desarrollamos interacciones correctivas ese será el resultado para el otro y nosotros mismos, toda vez que mejorando la interacción se benefician todos los que estén implicados en ella y no solamente el que hace la interacción correctiva.
En consecuencia el problema radica en que no resulta satisfactorio para quién realice la interacción correctiva el considerar que el otro se beneficie. Toda vez que, habiendo sido maltratado, la disposición de acción es la de hacerse justicia y hacer que el otro también tenga un maltrato por lo menos equivalente. Lo que es precisamente contradictorio con lo que habría que hacerle bien ("cuando no se lo merece!!!...").
Se plantea entonces como perentorio el desarrollar previamente una convicción del valor del bien común. La conciencia de las ventajas del bien común se convierte así en un objetivo fundamental (en oposición al supuesto de que son buenos el individualismo y hedonismo y, como condición indispensable, la libertad individual).
Por lo demás, en el mundo y entre grupos es igualmente necesario un orden social que deje de lado la fuerza bruta y permita dar satisfacción a todos (sin perjuicios para otros, especialmente los más débiles). Lo que vale igualmente para los grupos dentro de las sociedades.
Antes de terminar, precisemos que es necesario hacer diagnóstico para actuar de manera eficiente. Ello implica el lograr la claridad necesaria respecto a la situación de maltrato de que se trate. Suponemos que en un futuro se desarrollará una tipificación de los procedimientos adecuados para las distintas variedades de ellas.
Y por último, todo lo planteado hasta aquí significa salirse de los cánones tradicionales en las relaciones humanas. Habrá que presuponer entonces las dificultades que enfrentarán los que opten por poner en práctica estas directivas.

CUATRO REGLAS EN RELACIONES HUMANAS
En un planteamiento especialmente preventivo, y aunque aparezca ilusorio, es posible lograr buenas relaciones humanas con el simple expediente de aplicar 4 reglas, tanto en relaciones interpersonales como en el hacer de los grupos. Estas son las siguientes:
1a. Respeto y consideración por el otro.
2a. Justicia y equidad.
3a. Espíritu de cuerpo
4a. Proceder mediante acuerdos (explícitos o implícitos).

La simplicidad de estas 4 reglas no tiene mayor relación con lo difícil que resulta su aplicación porque, siendo ellas abstracciones, tienen una distancia (común a todas las abstracciones) con los hechos efectivos. No obstante, están al alcance de cualquier persona con condiciones normales siempre que comprenda exactamente su sentido y sea consistente y persistente en su aplicación.
Ellas sirven en especial para evitar las interacciones negativas falsas que generalmente inician los encadenamientos negativos, o que en todo caso contribuyen a avivar el fuego de los encadenamientos negativos. De todas formas hay que evitar igualmente las interacciones negativas verdaderas.
Precisemos entonces el sentido de la 1a. regla: respetando al otro se evitan los posibles maltratos que se provocaría de proceder en contrario. Y lo mismo vale para el tener consideración con él. El respeto tiene relación directa con los derechos del otro, en cambio la consideración se refiere a aspectos o características más personales (estados de ánimo, limitaciones, recursos inadecuados, etc.) pudiendo haber entonces en ocasiones respeto por la persona pero no consideración por ella. Un ejemplo es el del jefe que obliga a una determinada tarea a un empleado para el cual este no está en condiciones anímicas en el momento, aunque correspondan a su función como tal.
En aplicación de la 2a regla evitamos las interacciones negativas más virulentas y de mayores dimensiones. Porque de continuo constatamos como los que viven injusticias reaccionan en forma extrema. Lo que hace pensar que una de las situaciones de maltrato más perturbadoras para los seres humanos son aquellas consideradas como injustas. Obviamente, las situaciones de injusticia no sólo se dan en los grupos o instituciones, igualmente son aquellas que llevan a los conflictos en las relaciones interpersonales (relaciones de amistad, relación de pareja, etc.). Recordemos que a nivel de sociedades ellas constituyen la base de las revoluciones y, a veces, de las guerras.
La 3a regla implica el desarrollar la conciencia de tener un destino común (de "estar embarcados en el mismo bote") y su corolario: la existencia de un bien común. Todo lo cual corresponde a la divisa de los Tres Mosqueteros: "Todos para uno y uno para todos". Recalquemos que la plena conciencia del destino común y del bien común son indispensables para que exista una disposición de acción en pro del bien común, y la consiguiente aceptación del adecuado orden social necesario para una vida de grupo, o de relaciones interpersonales que garanticen el superar conflictos o evitar enfrentamientos. A mayor espíritu de cuerpo, menor la posibilidad de interacciones negativas. Especialmente porque en esas circunstancias el otro o los otros son considerados buenos. Y por lo mismo se promueven las interacciones positivas.
Una regla de este tipo sin duda se opone frontalmente al individualismo y al consiguiente egoísmo ciego que constituyen actualmente valores importantes en la sociedad cristiana occidental. El libre mercado o la libre competencia no tienen relación ninguna con el bien común, sino con el de los más fuertes o más astutos.
En todo caso el individuo que se encuentre en un grupo en que efectivamente existe el espíritu de cuerpo no requerirá estar permanentemente con el arma al brazo, como sucede obviamente en aquellos en que el bien común no cuenta. Lo que se gana en los primeros corresponde a "slogans" tales como "La unión hace la fuerza" y "Juntos ganamos más". El tener plena conciencia de ellos significa para cada cual no sólo desarrollar esfuerzos sino que también sacrificios en aras del grupo y del bien común.
Finalmente, la 4a regla viene a ser el corolario de todas las anteriores. En efecto, si logramos acuerdos es porque estamos poniendo en práctica a todas ellas.
Vivir en acuerdos variados con los que convivimos o con aquellos que tenemos alguna relación es indispensable para vivir en paz, toda vez que si no los conseguimos nos veremos enfrentados continuamente a un sinfín de conflictos y a sus consecuencias. Todo acuerdo está ligado indefectiblemente a tomar en cuenta la voluntad de todos los implicados, salvaguardando así sus derechos y considerando sus intereses personales.
En efecto, el accionar mediante acuerdos lleva implícito el respeto y consideración por todos y cada uno de los que intervienen en ello. Asimismo, contribuye enormemente a evitar las situaciones de injusticia, toda vez que en una u otra forma se ha prestado atención a los intereses de todos lo implicados dejado en claro lo que es derechos de todos y cada uno, lo que es equitativo y lo que no, etc.
Llevan igualmente implícito el bien común, puesto que no es posible obtenerlos si no se desarrollan sobre la base de que todos "ganen". También implican libertad y no coerción (no uso de la fuerza, de amenazas y otros).Y por último, precisemos que se procede mediante acuerdos de dos formas distintas. Una es implícita y la otra es explícita. Esta última es fácilmente reconocible. Porque se declara en una u otra forma la voluntad o intención de viva voz o por escrito de buscar un acuerdo de todos los implicados.
El otro, y que no es fácil de reconocer, es el sinfín de acuerdos que constituye la cultura en cada grupo o sociedad. Porque por mucho que se diga en contrario, en una u otra forma la casi totalidad de los miembros de una sociedad se adecúan a las pautas ideales de conducta que conforman la cultura de esa sociedad. Y los protestatarios son normalmente muy escasos. Cuando los protestatarios aumentan, como sucede en la protesta femenina en la sociedad cristiana occidental, es porque ya no hay acuerdos tácitos debido a cambios que provocan disconformidades de sectores de algún peso en el medio de que se trate. Y precisamente la acción de los disconformes logra en distintas formas y a través de variados lapsos de tiempo el alcanzar acuerdos satisfactorios para todas las partes. Las distintas revoluciones en la historia nos lo muestran. Los progresos de las sociedades del norte de Europa apuntan en la misma dirección, como sucede en Suecia, Finlandia y otros países con régimenes democráticos ejemplares. Repitamos, si no hay acuerdos habrá conflictos o más claramente interacciones negativas con todas las consecuencias que ellas conllevan.
Es necesario tener presente que todo esto vale tanto dentro de grupos y sociedades como para las relaciones entre grupos y sociedades. Además son evidentemente aplicables en las relaciones interpersonales de la más variada índole (en el trabajo, en la vecindad, en ambientes alejados de la civilización en que circunstancialmente se encuentren seres humanos, etc.).
Sin embargo, cuando los problemas están vigentes estas reglas requieren el complemento de las interacciones correctivas. En efecto, aparte de las reglas antes mencionadas, los individuos particulares (y también los grupos y especialmente sus dirigentes) habrán de tener en consideración otros procedimientos que el de hacerse justicia si han sido sometidos previamente a interacciones negativas o si el otro aparece como "malo".

El Tratamiento de la Hiperactividad (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad o ADHD) a través de los Padres

Por:Héctor Pauchard Hafemann

Presentamos aquí un caso de hiperactividad (ADHD) superado satisfactoriamente y sólo a través del trabajo independiente realizado por la madre. Quién dispuso para el efecto de los conocimientos adquiridos en un curso de Relación padres-hijos (con técnica operativo-situacional).
Se puede constatar en esta experiencia como los padres pueden influir con gran fuerza sobre los hijos, en este caso en forma positiva. Efectivamente, en estos cursos de Relación padres-hijos (con técnica operativo-situacional) se da especial atención a la relación interpersonal del niño con sus padres y a las formas tanto de resolver problemáticas como de prevenirlas.
En el ejemplo que presentamos se comprueba una vez más que la mayoría de los casos de déficit atencional e hiperactividad viven problemáticas de relación interpersonal que constituye el factor fundamental de la supuesta enfermedad. Las que por lo demás son relativamente fáciles de manejar, especialmente cuando los niños son de corta edad.
Aqui puede ver más sobre el tema, si ha entrado por esta página directamente.
Aqui puede ver los sinónimos que se utilizan para el ADHD.

OBSERVACIÓN #5
(tomada de Interacción Personal y Relaciones Humanas de H. Pauchard-Hafemann):
¿DISFUNCION CEREBRAL MÍNIMA...?
Una ex-alumna de un curso de Relaciones Padres-Hijos, dirigido por el autor (y cuyos contenidos correspondían a los principales temas tratados en el presente texto), le informa de los resultados obtenidos al aplicar lo aprendido con una hija de 8 años. Esta tenía el diagnóstico psiquiátrico de disfunción cerebral mínima con hiperactividad, y también ha presentado vómitos en forma repetida. Su padre es médico pediatra y la madre, asistente social.
Ya a los dos años la niña fue tratada con Meleril y Mogadón (antipsicótico y tranquilizante, respectivamente). Se caía con frecuencia y deambulaba mucho. El médico otorrino no encontró nada orgánico en relación a los síntomas. A los 4 años un neuropsiquiatra infantil, profesor de la especialidad en una universidad importante, diagnosticó disfunción cerebral mínima y prescribió Ritalín (metilfenidato, el medicamento más utilizado en el tratamiento del ADHD). Un psicólogo informó de disfunción cerebral mínima leve, diferencia en la inteligencia manual e intelectual, con predominio de la primera.
La madre dice: "Tomaba las pastillas y se quedaba como un pollito en un rincón". Pese al tratamiento, se orinaba hasta los 6-7 años. No tenía amigas debido a sus rabietas. La madre dejó el trabajo para dedicarse a ella. Hacía berrinches al tomar el autobús del colegio, y cuando la forzaban a subir se hincaba en el pasillo. Fue necesario cambiar a la empleada doméstica porque ésta no la soportaba. En el colegio le pidieron que la cambiara a otro, porque encontraban que era nociva para el resto de sus compañeras. Sólo aceptaban dejarla por el resto del año, y no le renovarían la matrícula.
Durante el curso de Relaciones Padres-Hijos la madre logró comprender lo que pasaba con su hija, y modificó su actuación con ella (suspendió las interacciones negativas). La niña empezó a obedecer. La cambiaron de colegio y le suspendieron el Ritalín. Dice la madre: "Ahora da gusto verla. Tiene un montón de amigos...".
¿Que es lo que sucedía?: La madre no salía con la niña, pero sí con los hermanos. Le decía: "Tú sabes que no se puede... contigo no..." (debido a los problemas que provocaba en las casas donde iban de visita y otros lugares). La madre comenzó a llevarla con ellos, entre otras modificaciones de su actuación con la niña (en base a la teoría, debemos suponer que las interacciones negativas eran más complejas y que en todo caso se suprimieron).
Los cambios de la niña son tan notorios que una tía comentaba: "Ahora se puede hablar con ella... se sienta (antes no, por la movilidad extrema)... es distinta..."
Después de dos meses de haber suprimido el Ritalín y para mayor seguridad, esta mamá llevó a la niña donde el profesor de neuropsiquiatría infantil y éste encontró que ella estaba bastante bien y que se podría suprimir el Ritalín en un año más... (?).
(Lo comunicado por la madre al autor ocurrió 6 meses después de terminado el respectivo curso de Relación Padres-Hijos, durante una conversación informal que no dió posibilidades de redactar un informe más completo).

COMENTARIO:

- Disfunción cerebral mínima es uno de los términos acuñados para explicar el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (DAHD) en la asunción de un leve daño en el cerebro que provocaría el sindrome. - Distintos síntomas de la niña permiten suponer que una de las causas de sus alteraciones era el tener una rabia muy grande al sentirse discriminada en la familia. Recordemos que: se orinaba hasta los 6-7 años, tenía vómitos, rabietas y berrinches, era desobediente, la madre no salía con la niña, pero sí con los hermanos (evidentemente es natural en cualquier niño el sentirse tratado de forma indiscriminada, que para ellos es simplemente injusticia).
Es decir, había un fuerte síndrome de emergencia. Recordemos que la hipótesis de trabajo del presente autor es que normalmente el síndrome ADHD es la expresión del síndrome de emergencia y que la conclusión obvia es la que el problema cede si se suprimen las situaciones de maltrato (ver Hiperactividad y Síndrome de Déficit de Atención: Síntomas, Diagnóstico, Manejo y Tratamiento).

Modificado en Abril, 2002


Nota: Sinónimos del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad
Este síndrome se conoce también con un sinnúmero de sinónimos:
Trastorno de Déficit atencional con/e Hiperactividad ADHD (la sigla en inglés de "Attention Deficit Hyperactivity Disorder") a veces TDAH (sigla del español)
Antiguamente "trastorno hipercinético/ hiperkinético/ hiperquinético de la niñez" o "hipercinesia/hiperkinesia/hiperquinesia" y la expresión "niño hipercinético/hiperkinético/hiperquinético"
También antiguamente usado prácticamente como sinónimo "disfunción cerebral mínima" o"daño cerebral leve"
No exactamente lo mismo pero también usado ocacionalmente:
ADD: "trastorno de la concentración" del inglés: Attention Deficit Disorder

Una sección de preguntas y respuestas se encuentra en realización, si tiene alguna consulta puede enviarnosla desde ya, trataremos de responderla en ella -conservando su anonimidad si lo desea- o por email.

Monday, May 22, 2006

Nuevos enfoques en el tratamiento de la depresión

La psicoterapia
La Terapia Cognitiva de la depresión en la actualidad se hace sin medicamentos antidepresivos. Recientes investigaciones muestran que la Terapia Cognitiva sola es tan efectiva como la medicamentación con antidepresivos en el tratamiento de pacientes severamente deprimidos, como lo señala un artículo aparecido en el American Journal of Psychiatry de 1999.
Desde el enfoque de Beck el tratamiento consiste en entrenar al paciente en una variedad de técnicas de control para reducir y extinguir síntomas específicos (como está descrito en el libro Que nos pasa cuando estamos deprimidos).
La Terapia Cognitiva Procesal Sistémica de Guidano, es más bien un método que una técnica, en la cual el objetivo central es conseguir el cambio en la forma como la persona procesa su significado personal, en este sentido el proceso de cambio es flexibilizarla, hacerla más abstracta y generativa en las explicaciones que se da de sus experiencias emocionales. Para lograr esto es fundamental que el paciente aprenda una metodología de autoobservación.
Hablaremos ampliamente de estos enfoques terapéuticos en el próximo artículo.
Alfredo RuizPsicólogo y psicoterapeuta

Tuesday, May 16, 2006

Las mamas opinan

Déficit de Atención
Nombre: kattya Garcia SantosDe: San Jose, Costa RicaE-mail: karonte@racsa.co.crNombre remoto: 196.40.3.55Fecha: 31 de Mayo de 2004Hora: 11:49:50
Comentarios
La homeopatía es un excelente tratamiento alternativo para el ADD, además que esta comprobado que la homeopatía cura muchos trastornos en donde la medicina convencional no puede hacer nada. Tratamiento homeopático no podría recomendarle bajo estas circunstancias, se necesita hacer una entrevista con la niña y sacar todo un historial, y eso solo lo puede hacer el homeópata en una entrevista personal. Lo que si le puedo recomendar es, un medicamento natural que se llama "Impatience" es de la línea de los "Florales de Bach" seis gotitas en medio vaso de agua, tres veces al día, es muy bueno en estos casos y es uno de los primeros que generalmente se recomienda tomar. Los Florales de Bach son tratamientos completamente naturales, hecho a base de flores, en Brandi. Es posible que note en la primera semana de la toma del medicamento, un aumento en los síntomas, principalmente en la ansiedad, esto es normal, no tiene porque preocuparse, después ya empezará a notar los cambios positivos que le va a provocar el medicamento, principalmente en a la ansiedad, hiperactividad y el nivel de stress que los niños con este trastorno manejan. Si quiero hacerle notar que a pesar de que este tratamiento ayuda mucho, no es una “cura”, es solo una simple ayuda, lo más que le puedo sugerir es que lleve a su nieta donde un homeópata para que le hagan la entrevista. Suerte
______________
Que tan cierto será?
Patricia Martinez.
Como madre me pregunto cada día: Porqué es más facil ver a los niños con un montón de JUICIOS (necios, desconcentrados, insoportables, inquietos, etc), que verlos con orgullo por ser cada día más VIVOS, INTELIGENTES, AMOROSOS?.
Me acuerdo cuando mi abuela me decía: ""Más vale frenarlos que tener que arriarlos!""
Porqué no, más bien mirarnos como madres y preguntarnos: qué está faltando de mí para apoyar y conocer a mi hijo?
Le he preguntado alguna vez:
¿Cuáles son tus sueños? Qué quieres hacer? ¿Qué te gusta? Qué soñaste anoche? Qué aprendiste en el colegio? ¿Te sientes contento con lo que haces? etc,etc,etc,...
O solo estoy pendiente de lo que NO hace, o de lo que hace que a mi no me gusta?
O solo le pregunto: HOY TE PORTASTE BIEN EN LA ESCUELA?
QUE ES PORTARTE BIEN? ??? Esto se me parece mucho a la definición de SUETER , CHAMARRA O CHAQUETA.DEFINICION: = Lo que le ponemos a los niños cuando las mamas tenemos frio...
Luego te dicen en la escuela que tu hijo es un niño con Déficit de Atención. Y me pregunto nuevamente: Atención de qué? o mas bien de quién? no será más bien que lo que falta es atención de parte mía y de los maestros? O será que no tenemos tiempo para conocer y compartir con ellos? Para ingeniarnos una metodología en la clase que funcione, o un trabajo de apoyo con los padres? O dedicarle más tiempo a mi hijo que a ganar DINERO...?
NO, pero para qué? Si existen las medicinas, los medicamentos o drogas como tambien le llaman... Drogas que pueden hacer el trabajo por MI... y/o mejor aún; por los maestros!!!
Los tranquilizan, se vuelven obedientes, dóciles, como marionetas, títeres, o más bien como un robot del siglo XXI.Y qué decir del negocio que estamos apoyando, el de los laboratorios farmacéuticos y los psiquiatras. Ellos se están haciendo millonarios a costa de la salud mental de nuestros hijos, que al final son los que pagarán las consecuencias de los efectos secundarios.
Y como dice el título: Qué tan cierto será? lo que dicen de los niños Índigo? Pero que diferencia haría en el mundo si todos viéramos lo positivo, antes de lo negativo? Y eso es lo que me llega de la siguiente información. Podemos escoger ver a nuestros hijos de una manera que nos apoye a ayudarlos, o verlos de la manera que nos desempodera para apoyarlos.
Tú escoges...
Niño inquieto: Madre que escoge la inquietud positivamente, niño inteligente, niño amoroso y placentero.
Niño tranquilo: Madre que escoge la tranquilidad positivamente, niño apocado, lento, niño perturbado y molesto.
Niños con muchos efectos secundarios.
OTRA MANERA DE VER A LOS NIÑOS......INGUIETOS......
Los Niños Índigo. O como yo diría; Niños que necesitan Diferente ATENCION.
De Wendy H. Chapman (Metagifted.org)
Los Niños Índigo:· Tienen una fuerte autoestima y conexión a la fuente· Saben que pertenecen aquí hasta que se les dice lo contrario.· Tienen un evidente sentido de sí mismos.· Tienen dificultades con la disciplina y la autoridad.· Se niegan a seguir órdenes o directivas.· Les resulta tedioso esperar en fila, carecen de paciencia.· Se frustran ante sistemas rituales que requieren poca creatividad.· A menudo encuentran mejores maneras de hacer las cosas en casa y en la escuela.· Generalmente son inconformistas.· No responden a mecanismos de culpa, quieren buenas razones.· Se aburren fácilmente con tareas asignadas.· Son bastante creativos.· Es fácil distraerlos, pueden hacer muchas cosas a la vez.· Presentan fuerte intuición.· Tienen gran empatía por otros o NADA de empatía.· Desarrollan el pensamiento abstracto desde pequeños.· Son dotados y/o talentosos, muy inteligentes.· A menudo se los identifica o se sospecha que tienen ADD o ADHD[1], pero pueden concentrarse cuando quieren.· Son talentosos soñadores y visionarios.· Tienen ojos de apariencia muy vieja y profunda.· Tienen inteligencia espiritual y/o habilidades psíquicas.· A menudo expresan cólera hacia fuera más que hacia adentro, y pueden tener problemas con la ira.·
· Están aquí para cambiar el mundo – para ayudarnos a vivir en más armonía y paz entre nosotros y para elevar la vibración del planeta.
TODOS Necesitan nuestro apoyo para descubrirse a sí mismos, sin importar como quieran llamarlos y ACEPTANDOLOS tal como son.
* ADD = Attention Deficit Disorder = Desorden de Déficit en la AtenciónADHD = Attention Deficit Hyperactive Disorder = Desorden de Déficit Hiperactivo en la Atención. o niños indigo.

¿Es mi hijo hiperactivo o... sencillamente inquieto y movido?

Es frecuente que a la salida del colegio escuchemos comentarios como éstos entre los grupos de padres:
Entre padres:
“Mi hijo no para, no puedo con él, creo que es hiperactivo.”
“Dice la maestra que tengo un hijo que se mueve mucho en clase, que es muy inquieto. Quizás sea hiperactivo...”
“Mi marido y yo hemos dejado de salir con amigos los fines de semana o al restaurante para evitar sentir vergüenza del comportamiento de nuestro hijo”
De una maestra a unos padres:
“Vuestro hijo es muy inquieto, no para, no atiende... creo que es hiperactivo.”
La proliferación excesiva de niños ”llamados” hiperactivos ha puesto de actualidad una preocupación importante de padres y educadores sobre este tema, de tal manera que un trastorno como es la hiperactividad se ha socializado y se ha convertido en un comentario de corrillo, en un tema de fácil valoración y una forma de poner un cartelito de definición personal a aquellos niños que no entendemos.
En mi opinión, todo ello es consecuencia de un fenómeno social ampliamente extendido entre la población del que no escapamos ni los padres ni los educadores. Cada vez soportamos menos la conducta irregular. Nos gustan los niños despiertos, curiosos, experimentadores del universo que les rodea, pero eso sí... hasta un cierto límite, fuera del cual nos incomodan y nos hacen sentir insatisfechos.
Cuando el niño no se ajusta a nuestras expectativas, al no entender lo que está ocurriendo, definimos al hijo o al alumno con palabras (más bien conceptos) que nos ayudan a encuadrar la situación y nos dan una falsa sensación de tranquilidad.
Más que definir una entidad clínica, cuando a veces hablamos de que un niño es hiperactivo hablamos de nuestro estado anímico personal, de lo que nos cuesta soportar al hijo inquieto que llama constantemente la atención o al alumno que nos obliga a dedicarle más tiempo. Podemos olvidar que los motivos por los que un niño no atiende o no se concentra son muchos: cansancio, aburrimiento, tareas demasiado largas para su edad, inmadurez... Y que su desobediencia puede ser debida también a que no entiende las instrucciones.
Los padres en general no estamos preparados para contener un hijo inquieto. Los horarios laborales, las prisas, la escasa tolerancia a la conducta desobediente fomenta en muchos casos una ruptura emotiva de las relaciones padres-hijos, creando un círculo vicioso de nervios e irritación que refuerza precisamente las conductas que queremos evitar.
Muchos niños medicados y tratados como hiperactivos en realidad lo son porque entran en este perfil de niño inquieto, distraído, que nos obliga, que nos hace sentir la necesidad de implicarnos y de gastar energía, que nos complica la vida cuanto queremos que ésta, tanto en el ámbito familiar como escolar, sea tranquila. Quizás deberíamos reflexionar más sobre las dificultades para educar en el día a día, la falta de pautas claras en la educación familiar, la pérdida de valores en la formación académica antes que proyectar sobre los niños nuestro propio cansancio o ignorancia.
Muchas veces tenemos en casa un niño sobreactivo (no hiperactivo), es decir, con exceso de movimiento pero que con una adecuada contención es capaz de controlarse, atender y seguir las pautas y hábitos de los padres y del colegio. La enseñanza del autocontrol en nuestros hijos es un objetivo de los primeros años de vida en la familia; de ahí que estén apareciendo en estos últimos años niños con falta de hábitos y de ritmos estables de vida, que pasan por hiperactivos cuando en realidad son fruto de una escasa atención a sus necesidades educativas y afectivas.
Podemos considerar entonces la aparición de niños con hiperactividad ambiental, que no es lo mismo que la hiperactividad clínicamente hablando.
¿ Y en la escuela?.
Hoy en día la escuela no responde generalmente a las necesidades educativas y de crecimiento de los alumnos. Para dar clase necesitamos niños sentados, escuchando largas explicaciones, con objetivos académicos densos, dando escasa importancia a la vivencia, experimentación y tiempo de descubrimiento donde el alumno sea el objetivo no los contenidos.
Muchos alumnos no encajan en este perfil, se cansan, se aburren y una forma de manifestarlo sobre todo en edades tempranas ( hasta los 8 años) es moverse, distraerse y llamar la atención.
No todos estos niños son hiperactivos y con déficit de atención. Simplemente reflejan una forma de “dar las clases”, una pedagogía que no estimula ni activa la atención selectiva de los alumnos y en consecuencia se mueven demasiado, hablan, creando conflictos entre ellos. El maestro con gran número de niños en la clase y con la presión de cumplir la programación pierde su capacidad perceptiva y de selección de aquellos alumnos con necesidades educativas especiales, metiendo en el mismo saco al niño hiperactivo y a aquel que no lo es.
Ser sobreactivo es una situación muy corriente que solo nos dice que existe un exceso de movimiento, diferente del fenómeno hiperactivo, que es una entidad clínica, un trastorno grave, con múltiples repercusiones en todos los ámbitos donde se mueve el niño.
En esta situación, a muchas familias se les abre la esperanza a través de una pócima maravillosa que lo cura todo. Es la famosa pastillita que, dada a un determinado número de niños y en situaciones concretas, permiten solucionar la conducta de un niño inquieto.
Es cierto que esta medicación ha ayudado a muchos niños, clínicamente diagnosticados como hiperactivos, a superar las barreras que le separaban de una relación normal con sus padres, con sus compañeros de clase, con su maestros y consigo mismos, teniendo al mismo tiempo una atención personalizada y un seguimiento multiprofesional adecuado.
Pero hay que ir con cuidado. El abuso indiscriminado de esta medicación, sin pruebas clínicas adecuadas (electroencefalograma, mapa de actividad cerebral, cartografía...) junto con un escaso seguimiento individual, familiar y escolar, la han convertido para muchos padres y maestros en una pócima mágica que libera de las tensiones y de la responsabilidad de implicarnos y de buscar otras soluciones que no sean las de dar solo una medicación.
Por ello, lo primero y más importante es saber si existen unos determinantes, unos signos que nos puedan acercar a una detección precoz, una orientación especializada en estos temas antes de que denominemos a nuestro hijo con tanta ligereza de hiperactivo.
La hiperactividad ambiental se trata de forma educativa, la hiperactividad clínica, la verdadera hiperactividad, exige un diagnóstico neurológico, psicológico y escolar y por tanto una intervención en todos los ámbitos donde el niño vive y se desarrolla diariamente.

Focus es un tratamiento alternativo natural para el ADHD (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad)

La fórmula para ADHD Focus es un tratamiento alternativo natural para el ADHD (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) que no presenta los riesgos y los efectos colaterales de las drogas psiquiátricas. ADHD Focus es un remedio a base de hierbas, de eficacia comprobada, que ha sido formulado especialmente por un Psicólogo clínico para tratar de manera eficaz y segura los síntomas de ADHD (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad).
clínico para tratar de manera eficaz y segura los síntomas de ADHD.
Utilice AHDH Focus para tratar los sintomas de ADHD en forma natural y logre:
Reducir la hiperactividad y la inquietud
Calmar, aplacar y reducir los cambios de humor
Mejorar la concentración, la memoria y el período de atención
Mejorar la atención y la concentración mental
Calmar las mentes excesivamente activas
Reducir la impulsividad y la agresión
El enfoque natural
En lugar de recetar drogas psiquiátricas fuertes y, en algunos casos, adictivas, (Ritalín, Concerta, Adderall) los enfoques naturales para tratar el ADHD y ADD ven al individuo en forma holística y toman en cuenta la dieta, el estilo de vida, el tipo de personalidad, el ambiente que los rodea y los factores emocionales. Los remedios naturales se utilizan para tratar de manera eficaz y con suavidad los síntomas, y ayudan a la persona a sanarse y alcanzar un estado de equilibrio y salud. El enfoque natural es menos nocivo y más meticuloso, también tiene mayores posibilidades de curar el problema totalmente en lugar de mantener a la persona con drogas psiquiátricas durante años. Esto es muy importante, en especial en el caso de niños, debido a los efectos colaterales frecuentes de las drogas y el riesgo de adicción que presentan.
"Estamos tan satisfechos tanto con Focus como con BrightSpark. Mi nieto estaba teniendo problemas serios cuando ingresó en segundo grado, tenía malas notas debido a su conducta y su falta de atención. Lo llevamos a un médico que le recetó un medicamento para el ADHD. Tuvo efectos colaterales y se quejaba de dolor en el pecho, entonces dejamos de darle la medicación inmediatamente. Encontré Native Remedies en Internet, solicité los productos y lo ayudaron enormemente. Los tomó durante todo el año escolar y los resultados fueron mucho mejores. Estamos sumamente agradecidos por este producto." - Kaye, AL, USA
Lo invitamos a visitar nuestro sitio web para obtener más información sobre nuestros productos. El contenido del sitio se presenta en inglés. Asimismo, todo intercambio de correspondencia debe realizarse en inglés.
Lo invitamos a visitar nuestro sitio Web para obtener más información acerca de nuestros productos. El contenido del sitio se encuentra en inglés. Asimismo, todo intercambio de correspondencia debe realizarse en inglés.
Haga clic aquí para ingresa.